Mientras dormimos nuestro cuerpo desarrolla actividades importantes para su funcionamiento. Además, la calidad del sueño tiene un impacto en nuestra salud física, mental y emocional, y comporta muchos beneficios:

  • Contribuye al crecimiento.
  • Incrementa la capacidad del sistema inmunitario para combatir las infecciones.
  • Potencia la capacidad de concentración, aprendizaje y memoria.
  • Mejora el estado de ánimo.
  • Aumenta la esperanza de vida. 

Dormir bien no es lo mismo que descansar muchas horas y podemos decir que, en general, es más importante la calidad del sueño que el número concreto de horas de sueño.

Además, no todas las personas necesitan dormir las mismas horas y éstas varían con la edad. También pueden producirse cambios según la estación del año o el nivel de agotamiento físico o mental. 

La cantidad total de descanso nocturno necesario oscila entre seis y once horas diarias, siendo la media cercana a las siete u ocho horas para las personas adultas. Las personas más jóvenes suelen necesitar más horas que la gente mayor.

La falta de sueño puede favorecer sufrir problemas de salud

Estudios científicos demuestran que la cantidad y la calidad del sueño están relacionadas con el riesgo de sufrir enfermedades o problemas de salud determinados:

  • Dormir ayuda a regular los niveles de grelina y leptina, hormonas responsables de las sensaciones de hambre y saciedad. Por tanto, cuando se duerme poco, se puede sentir la necesidad de comer más, lo que puede provocar el aumento de peso y, como consecuencia, exceso de peso u obesidad.
  • Generalmente la presión arterial disminuye mientras se duerme, pero el sueño interrumpido puede afectar negativamente a este descenso normal y comportar hipertensión y  problemas cardiovasculares.
  • La falta de sueño influye en la capacidad del cuerpo para procesar la glucosa y, por tanto, puede provocar la aparición de diabetes.
  • Las personas con insomnio tienen un riesgo diez veces mayor de desarrollar depresión en comparación con el resto. Otras posibles consecuencias de los trastornos del sueño son la ansiedad y la angustia.
  • El consumo de alcohol y drogas es más frecuente en las personas que duermen mal, dado que los utilizan como somnífero por su efecto sedante. Sin embargo, el alcohol estimula las partes del cerebro que provocan excitación un par de horas después de beberlo, lo que ocasiona que se despierte antes de tiempo.

El sueño puede agravar los síntomas de ciertas enfermedades

No dormir bien también puede agravar los síntomas de algunas enfermedades o problemas de salud:
  • La falta de sueño favorece las convulsiones en personas con epilepsia.
  • Los trastornos del sueño intensifican los síntomas del trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), como la falta de concentración y la impulsividad.
  • Los problemas para dormir aumentan la fatiga de las personas que padecen esclerosis múltiple.