En los últimos años, el modelo de atención en las residencias de ancianos ha experimentado una transformación significativa, orientándose hacia enfoques más humanizados y centrados en las necesidades individuales de los residentes. Dos de los pilares fundamentales de esta evolución son la Atención Centrada en la Persona (ACP) y la implementación de unidades de convivencia, que buscan proporcionar un entorno más cercano al hogar y respetuoso con la dignidad de los mayores.
Atención Centrada en la Persona: un cambio de paradigma
La ACP es un modelo asistencial que pone al residente en el centro de su propio cuidado, reconociendo su individualidad, autonomía y derecho a participar activamente en las decisiones que afectan a su vida. Este enfoque se aleja de la atención estandarizada y busca adaptar los servicios a las preferencias y necesidades de cada individuo. Según un estudio publicado en la Revista Española de Geriatría y Gerontología, la implementación de la ACP en residencias de ancianos ha mostrado mejoras en el bienestar y la capacidad de los residentes para afrontar su día a día. (www.elsevier.com)
Los principios fundamentales de la ACP incluyen:
- Individualización del cuidado: Diseñar planes de atención personalizados que respeten las historias de vida y preferencias de los residentes.(InfoGeriatría)
- Empoderamiento del residente: Fomentar la participación activa en las decisiones sobre su propio cuidado.
- Relación de confianza: Establecer vínculos significativos entre residentes y profesionales.(blog.lunet.es)
- Entorno hogareño: Crear espacios que imiten la calidez y comodidad del hogar.(blog.lunet.es)
Este modelo no solo mejora la calidad de vida de los residentes, sino que también promueve un ambiente de respeto y dignidad.
Unidades de convivencia: el hogar como modelo
Las unidades de convivencia son una modalidad de atención que busca replicar el ambiente de un hogar dentro de la residencia. Consisten en grupos reducidos de residentes que comparten espacios comunes como cocina, comedor y sala de estar, promoviendo una convivencia más natural y cercana. Este modelo, originado en los países nórdicos, ha sido adoptado en diversas regiones de España, como aquí en Cataluña, donde nuestra nueva residencia Sol i Natura de Pallejà lo ha implementado teniendo un total de 7 unidades de convivencia comprendidas en grupos de entre 12 y 20 personas .(InfoGeriatría)

Los beneficios de este modelo incluyen:
- Ambiente familiar: Fomentar relaciones cercanas entre residentes y personal, reduciendo la sensación de institucionalización.
- Atención personalizada: Equipos profesionales asignados a cada unidad, con conocimiento profundo de las necesidades y preferencias de los residentes.
- Rutinas adaptadas: Flexibilidad en horarios y actividades, respetando los hábitos y deseos de los residentes.
- Participación activa: Involucrar a los residentes en la toma de decisiones sobre su entorno y actividades, fortaleciendo su autonomía.
Además, estas unidades suelen contar con espacios comunes como jardín, sala de actos, sala de visitas, peluquería, etc. para facilitar la interacción social y la integración con el resto de la comunidad, contribuyendo al bienestar emocional y social de los mayores.
Desafíos y perspectivas futuras
A pesar de los avances, la implementación de la ACP y las unidades de convivencia enfrenta desafíos como la necesidad de formación continua del personal, la adaptación de infraestructuras y la asignación de recursos adecuados. Asimismo, es esencial garantizar la participación activa de los residentes y sus familias en el proceso de atención, respetando siempre su autonomía y derechos.(Lares Navarra)
Conclusión
La transición hacia modelos de atención centrados en la persona y la implementación de unidades de convivencia representan pasos significativos hacia una atención más humana y respetuosa con la dignidad de los mayores. Estos enfoques no solo mejoran la calidad de vida de los residentes, sino que también promueven un envejecimiento activo y participativo. Es fundamental continuar avanzando en esta dirección, garantizando que las residencias sean espacios donde las personas mayores puedan vivir con autonomía, respeto y bienestar.