El ingreso y estancia en una residencia de ancianos, ya sea como residente o como usuario del servicio de día, supone un cambio importante en la vida cotidiana de las personas mayores.
Un objetivo prioritario de los profesionales que trabajan en la residencia es, además de aplicar los cuidados físicos necesarios, el de conseguir que reciban una atención integral y global, que tienda a mantener al individuo en su entorno social, procurando un ambiente adecuado a su situación personal que garantice el bienestar social del mismo.
Los principios generales que deben hacerse efectivos en las residencias de ancianos son:
La integración del residente en el centro desde el momento mismo de su ingreso.
El fomento de la normalización, entendida como el desarrollo de un estilo de vida similar al del entorno de referencia.
La atención a las necesidades básicas de los residentes y la participación de los profesionales en el seguimiento y evolución de los usuarios.
A fin de garantizar que estos principios de bienestar para los residentes se hagan efectivos, las residencias de ancianos deben asegurarse que en todo momento se garanticen los derechos del usuario.
Los usuarios de los servicios residenciales y diurnos tienen derecho a:
- Que se respete su dignidad, su bienestar, autonomía e intimidad.
- La confidencialidad de los datos y de las informaciones que consten en sus expedientes.
- Recibir información previa con relación a cualquier intervención que los afecte a fin de que, en su caso, puedan dar su consentimiento específico y libre.
- Acceder a sus expedientes individuales.
- Ejercer la libertad individual para ingresar y permanecer en el establecimiento y para salir de ella, salvo las limitaciones establecidas por la legislación vigente.
- Conocer el reglamento interno del servicio, y especialmente, sus derechos y deberes.
- Recibir una atención personalizada.
- Acceder a la atención social, sanitaria, farmacéutica, psicológica, educativa y cultural, en condiciones de igualdad respecto a la atención que reciben los demás ciudadanos.
- Comunicar y recibir libremente información.
- Secreto de las comunicaciones.
- Presentar sugerencias, quejas y reclamaciones y recibir respuesta.
- Disfrutar de la intimidad y la privacidad en las acciones de la vida cotidiana.
- Considerar como domicilio el establecimiento residencial donde viven y mantener la relación con el entorno familiar, convivencial y social, respetando las formas de vida actuales.
- Participar en la toma de decisiones del centro que les afecten individual o colectivamente.
- Tener objetos personales significativos para personalizar el entorno donde viven.
Ejercer libremente los derechos políticos y la práctica religiosa. - Obtener facilidades para hacer la declaración de voluntades anticipadas.
- Recibir de forma continuada la prestación de los servicios.
- No ser sometidos a ningún tipo de inmovilización o restricción de la capacidad física o intelectual por medios mecánicos o farmacológicos sin prescripción facultativa y supervisión, a menos que haya un peligro inminente para la seguridad física de los usuarios o de terceras
personas. - Conocer el coste de los servicios que reciben y, en su caso, conocer la contraprestación del usuario o usuaria.
En Residencia Sol i Natura disponemos de una instalaciones y servicios que por sus características (edificio de nueva construcción, ubicación con bellas vistas a la naturaleza, instalaciones limpias y mantenidas en perfecto estado) ayudan al residente a sentirse bien y como en casa. Pero muy especialmente disponemos de un equipo profesional y humano totalmente involucrado, no solamente en el cuidado de los residentes, si no también en generar y mantener el bienestar de aquellos a los que prestan cuidados.
Nuestro centro está a solo 15 minutos de la ciudad de Barcelona. Si estas buscando una residencia donde el residente tenga garantizados sus derechos y se sienta como en casa, este es el lugar adecuado. Ven a visitarnos y será un placer hacer una visita guiada y despejar cualquier duda que tengas.
¡Te esperamos!
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